Graymalkin Lane

Los que me conocen más de cerca saben que a mí lo de "el día de tal o cual" me parece una auténtica chorrada. Es decir, si miramos nuestro calendario, podemos marcar prácticamente los 365 días del año con algún "día del...": Día de la Infancia, Día de los Mayores, Día de los enamorados, (¿No hay un día del Soltero?), Día de la mujer trabajadora,... en defitiniva, día del tal o del cual. La mayor parte de esos días no pasan de ser días "simbólicos" que la mayor parte de la gente no tiene en cuenta para nada a menos que le toque de cerca (como el Día de "poner aquí la enfermedad que sea", eso sí, si al día siguiente es el día de "poner aquí otra enfermedad" y ya no me toca de cerca, pues nada). Pero, hay dos días que se dedican al consumismo puro y duro: el día de los enamorados y el día del libro.

El día de los enamorados no es más que una estrategia comercial para sacar los cuartos tras la campaña navideña (y las rebajas) y, de paso, sacar todas las cursiladas del mundo a los escaparates de las tiendas. Qué bonito... o algo. Sin embargo, el Día del Libro, que me toca mucho más de cerca por eso de la "profesión" (profesión por decir algo, porque hasta dentro de dos meses no soy licenciado...), es un momento que rara vez se aprovecha para fomentar el hábito de la lectura. Sí, se hacen ofertas en las librerías, hay charlas y actos sobre libros y le regalas un libro y una rosa a tu amado/a. Pero muchas de estas personas no leerán nada más hasta el siguiente aniversario de la muerte de Cervantes y Shakespeare. Bueno, muchísima gente no sabe que el 23 de abril es el día del aniversario de la muerte de estos dos genios de la literatura, así que... Quizás deberíamos hacer varios días del libro al año para que la gente se acostumbre a leer... Día de la lectura, Día de las editoriales, día las librerías, día de la tinta, día del papel de libro... Porque, vamos, el panorama que se nos presenta a los futuros "profesionales del libro" es bastante... extraño... o peor...