Graymalkin Lane

Doyle tiene otra de sus visiones: una discoteca "de esas que se quedaron en los 80" y la Agencia de Investigaciones Angel se pone a investigar. El peligro del que los "Grandes Poderes" quieren que Angel se encargue parece ser un ladrón de cuerpos que busca su cuerpo perfecto desde el principio de los tiempos. Actualmente, el demonio frecuenta bares de solteros, ya que le ofrecen un banco de cuerpos idóneo: un montón de gente que busca compañía y a la que no echarán de menos hasta que sea demasiado tarde. Ángel buscará y encontrará al demonio Tahlmer, que así se llama el ladrón de cuerpos, y lo acabará matando, aunque necesitará ayuda.

Un episodio que, visto con perspectiva, no es más que una pieza del gran puzzle que se está construyendo. Angel, el solitario por excelencia, descubrirá que no está tan solo como cree. Aparecen las famosísimas tarjetas de la Agencia de Detectives, que tantas coñas dieron en su momento. Cordelia y Doyle hablan sobre las visiones y Cordelia dice algo así como que si se las hubieran dado a ella, las habría devuelto (pobrecilla...). La interacción entre estos dos personajes es brutal en estos episodios iniciales, como demuestra la conversación en la que Cordelia muestra su desprecio por los demonios sin saber que su amigo es medio demonio.

Otro hecho importante es que se amplía la mitología de la serie con la aparición de Kate Lockley, nuevo interés ¿romántico? de Angel, una joven detective de policía que cumple su misión de investigar de incógnito en la discoteca donde no paran de desaparecer personas. Es una policía apasionada, que no duda en entregarse por completo en su trabajo. Su papel en la serie será bastante interesante, al igual que su relación de amor-odio con Ángel, que ya se intuye en este capítulo.