Lost
Guys... Where are we? Así acaba el segundo episodio de Lost, la serie sensación en los USA en los últimos tiempos y cuya fama ha traspasado fronteras y que ya podemos encargar a nuestra tía Emilia. Imagina: te despiertas y lo único que ves es un montón de árboles... y un perro (que, me huelo, tendrá mucha importancia). Te levantas desorientado, oyes ruidos y das unos pasos y te das cuenta de que estás en una playa... a tu izquierda, un montón de gente huye de entre los restos del avión en el que viajabas. Sí, has sobrevivido a un accidente de avión y estás en vete a saber dónde... ¿Podrías estar en una situación peor? Oh... desde luego que sí. Los pocos supervivientes del avión (los 48 supervivientes, concretamente) pasan una noche terrorífica por unos extraños ruidos que no se sabe de dónde vienen. Además, la expedición en busca de la cabina del avión termina con una huida frenética por la presencia de la extraña bestia de la isla. A pesar de tener algunos tópicos (el gordo gracioso... la pija llorona... el guaperas atormentado... etc), desde el primer momento vamos percibiendo que cada pasajero tiene su historia (la pareja de japoneses, el viejo, el padre y su hijo, el macarra, Charlie el cantante, etc darán juego), pero la mayor sorpresa nos la dará Kate al final del segundo capítulo. Me quedé sin palabras. Es raro lograr sorprenderme y esta serie lo ha conseguido. Estoy deseando ver el resto de la serie. Y descubrir las sorpresas que esconderá la serie. ¡MUY recomendable!