Numeración USA: Emma Frost #13-18
Fecha: septiembre 2004 - febrero 2005
Guión: Karl Bollers
Dibujo: Adriana Melo, Will Conrad y Carlo Pagulayan
Edición española: tomo 100% Marvel. 10,50€. Enero 2006
Por fin termina esta serie y, viendo el argumento de este tomo, casi que mejor, porque ha sido un descenso a los infiernos, no sólo para
Emma Frost, que pasa de pija a buscarse la vida (forrada, pese a todo), sino también para los lectores, que hemos tenido que leer una serie que empezó con un primer arco argumental bastante correcto y acabó siendo un desastre. Recordemos: Emma Frost se pelea con su padre porque, entre otras cosas, es un tirano que tiene sometidos a su madre y a su hermano. Se escapa de casa y encuentra a un novio con el que se mete en problemas y que, finalmente, muere. Emma huye con el dinero que le ha conseguido quitar a su padre de un supuesto secuestro fingido. Después de tanto tiempo, todo un año de serie, algunos esperaríamos que Bollers nos explicara cómo Emma llegó a ser la fría Reina Blanca, pero el guionista sigue recreándose en otras cosas menos importantes... por suerte, la serie se acabó.
Comienza el tomo con Emma Frost ingresando en la UES, la Universidad a la que asistiría poco después
Peter Parker y que ya antes de que
Spiderman se balanceara por sus paredes tenía a gente rara rondándola. Conocemos a su compañera de habitación, a un futuro noviete y volvemos a encontrarnos con
Ian, el profesor con el que Emma se lió en el Instituto. El mundo es un pañuelo. Lian sale con la compañera de habitación de Emma. Emma no sale con nadie porque sus poderes se descontrolan de vez en cuando. Emma sigue usando sus poderes para aprobar asignaturas. Todo muy
"Al salir de clase". Entonces aparece
Astrid Bloom, que, si alguien no adivinó que era la mala de la saga desde que la vio por primera vez, mejor que deje de leer cómics... Total, historia previsible: Emma y Astrid se hacen amigas, ya que Astrid es telépata como Emma y le enseña a usar sus poderes. Pero Astrid es una desequilibrada y una asesina, así que, como quiere a Emma para ella sola, se dedica a dejar a todos los novios de la futura
Reina Blanca como maltratadores. Im-presionante. Sigh.
Pues nada, que Emma la desenmascara y la deja en estado catatónico. Cuando le dice a Ian, su novio, que es mutante y que gracias a esos poderes mutantes él se ha librado de ir a la cárcel, él se va corriendo porque es un mutantófobo. Emma se queda sola y resentida. Se supone que por eso acaba siendo taaaan mala, fría y calculadora. La serie se queda sin contarnos en qué momento exacto descubrió Emma al
Club Fuego Infernal (bueno, eso sí se sabe por el mes
Minus 1 de
Generación X), ni cómo empezó a llevar lencería fina ni nada de nada. Eso sí, no pudo ser mucho después de estos números que entró en el Club, ya que la
Patrulla X ya era conocida cuando ella aún estaba en el Instituto y cronológicamente no pudo pasar mucho tiempo...
En fin, una serie que fue cuesta abajo, totalmente desaprovechada, con un dibujo que fue a peor, con una Emma que parece boba y que no tiene demasiadas luces. En fin. A ver si publican las series de
Gambito y
Rondador los señores de
Panini, que tienen mejor pinta que ésta... Si Morrison levantara la cabeza... euh... ya me entienden.
